Andrés Martínez/Mural
Reclaman que la basura sea enviada a la planta de transferencia La Cajilota, ubicada en Tlajomulco
Una manifestación de pepenadores afuera
de las oficinas de la Secretaría del Medio Ambiente para el Desarrollo
Sustentable (Semades) desquició ayer la circulación vehicular, por más
de tres horas, en las inmediaciones de la Glorieta Colón.
Desde minutos antes de las 10:00 horas y con la exigencia de que no
envíen basura a la planta de transferencia La Cajilota, ubicada en
Tlajomulco, los manifestantes —que suelen laborar en el relleno
sanitario Los Laureles— bloquearon el paso vehicular en Plan de San Luis
y Circunvalación.
De acuerdo con agentes de la Secretaría de Vialidad y Transporte, las
afectaciones del bloqueo se sintieron en arterias como López Mateos,
Américas, Ávila Camacho y Enrique Díaz de León.
Luego de algunos gritos y protestas, y mientras que un grupo de
pepenadores negociaba con las autoridades ambientales en las oficinas de
la Semades, en el exterior la mayoría optó por sobrellevar la
manifestación amenamente, organizando incluso unas “cascaritas” de
futbol.
Debido a que algunos conductores se
desesperaron e intentaron continuar su camino, hubo algunos conatos de
bronca con los quejosos.
Araceli Batres, líder del Sindicato de Pepenadores, explicó que la
marcha fue para rechazar la autorización que la Semades entregó a Caabsa
Eagle —empresa concesionaria del servicio de recolección de la basura
en varios Municipios metropolitanos—, para establecer un planta de
transferencia en donde se separa y revaloriza la basura, antes de
mandarla al sitio de disposición final, donde su gremio la “aprovecha”.
“Como llega primero a la planta para que la separen y luego la mandan
al relleno (Laureles), ya cuando llega a nosotros nada más llega la
basura de la basura”, expresó.
“Si antes los muchachos estaban sacando a duras penas unos 150 ó 180 pesos diarios, ahora apenas sacan 80 pesos”.
En contraste, de acuerdo con la dependencia estatal, el problema que
originó la manifestación no es un conflicto ambiental, sino más bien
laboral, por lo que la solución no está en sus manos.
En un comunicado de prensa, Caabsa Eagle señaló que debido a que los
pepenadores que acudieron a manifestarse han invadido el relleno Los
Laureles y violentado los convenios acordados con la empresa, para
establecer la plantilla laboral de la nueva planta de transferencia se
optó por mejor invitar a pepenadores de un grupo disidente.
“La empresa no va a ceder ante presiones de una mafia que quiere
controlar la valoración de los residuos de los Municipios de la Zona
Metropolitana de Guadalajara y menos que estén explotando a la gente que
tiene la necesidad de acercarse recursos para subsistir”, sentencio
Caabsa en el boletín.