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jueves, 27 de septiembre de 2012

Niegan autorización para el monorrelleno en Los Tempizques



Foto: Milenio
EN EL ÁREA DEL TEMPISQUE SE PRETENDE DESARROLLAR EL MONORRELLENO.
 AGUSTÍN DEL CASTILLO/Milenio
Los ambientalistas aseguran que los biosólidos no podrán depositarse en la reserva ecológica del río Santiago, donde se pretende hacer la planta de tratamiento de aguas.
Por segunda ocasión consecutiva le ha sido negada a la Comisión Estatal del Agua (CEA) la autorización de cambio de uso de suelo forestal y de impacto ambiental, por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), para establecer al interior del área de protección hidrológica municipal Barranca del Río Santiago, el monorrelleno de la planta de tratamiento de aguas negras de Aguaprieta.
De este modo, se le pone un importante escollo al proyecto de saneamiento, que se pretende poner en marcha durante mayo de 2013, y que tratará casi 80 por ciento de las aguas residuales municipales de la zona conurbada de Guadalajara.
En una resolución, dictada por la Dirección General de Gestión Forestal y de Suelos de la Semarnat, el pasado 30 de agosto, se determinó dar el peso a las opiniones en contra vertidas por el Ayuntamiento de Zapopan, por el Consejo Estatal Forestal y de Suelos, por la Comisión Nacional para Conocimiento y Uso de la Biodiversidad y por la Dirección General de Vida Silvestre de la propia Semarnat, quienes argumentaron que este cambio se pretende realizar dentro del polígono de protección, y puede alterar de forma significativa el estado de la flora y fauna silvestres, pues se trata de un corredor biológico importante para la región, pero además, ante la falta de información por parte de la CEA de diversas dudas sobre el manejo de esos problemas.
El monorrelleno es un depósito de desechos sólidos que se derivan del tratamiento de las aguas negras; mientras la autoridad afirma que son inertes e incluso pueden ser excelentes mejoradores de suelo, a los ambientalistas les parece que no es claro si contienen o no elementos contaminantes de los procesos industriales de la ciudad, por lo que se deben revisar con cautela esas posibilidades.
Pero la Semarnat no entró en el tema; determinó “negar la autorización en materia de cambio de uso de suelo forestal y de impacto ambiental para una superficie de siete hectáreas y media […] debido a que no dio cumplimiento a los preceptos normativos de excepción establecidos en el artículo 117 de la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, además de que contraviene el artículo 35 párrafo cuarto, fracción III inciso a de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, al no dar cumplimiento al decreto y plan de manejo del área natural protegida Barranca del Río Santiago, publicados en el periódico oficial El Estado de Jalisco, el 7 de octubre de 2004, así como el Programa de Ordenamiento Ecológico Territorial del municipio de Zapopan, publicado en la gaceta municipal el día 23 de mayo de 2011”.
La Dirección General de Política Ambiental e Integración Regional y Sectorial de la Semarnat, hizo un análisis de las incompatibilidades en el tema del uso del suelo: Según el Programa de Ordenamiento Ecológico Territorial de Jalisco, la zona corresponde a la unidad de gestión ambiental Ff3111, “en esta unidad se tienen como uso predominante la flora y fauna, pero no incluye los usos forestal e infraestructura como parte de su estrategia ambiental”, si bien, no prohíbe el cambio de uso de suelo.
La situación se cierra más en el ordenamiento municipal (POEL), donde en esa zona (UGA VII_06_BTCS_P) se establecen “como uno de los usos incompatibles el de servicios”, y como ese es el destino que busca la CEA, está considerado como incompatible, ya que las acciones para esa unidad “se encaminan hacia actividades de reforestación y restauración de suelos, más que a una remoción de cobertura vegetal” (sic), dice el resolutivo en su página doce. Esto lleva a que la solicitud de la CEA sea considerada “no congruente”.
Zapopan señala por medio de su Dirección General de Ecología y Fomento Agropecuario que tampoco hay margen en términos de la zona protegida, pues “la zona del Tempisque, predio propuesto para desarrollar el monorrelleno, está dentro de la zonificación de protección [correspondiente a la] sub zona La Estancia – El Tempisque y El Lazo – Los Otates, áreas que presentan las mayores amenazas para su protección debido a la fuerte demanda de terrenos para el desarrollo. Estas áreas presentan sitios bien conservados de bosque tropical caducifolio, así como un amplio mosaico de otros usos como agricultura, pastizales y vegetación secundaria”.
¿Qué es lo que sigue? Raquel Gutiérrez Nájera, presidente del Instituto de Derecho Ambiental (Idea), y una de las promotoras esenciales de la oposición al monorrelleno, destaca que la dictaminación es tan contundente que a la CEA sólo le queda impugnar mediante un juicio administrativo.
“Qué es lo que pasa, que es la segunda vez que se los niegan […] para que el monorrelleno se pudiera poner en Los Tempisques (sic), en la barranca, primero se necesita iniciar los procedimientos administrativos para modificar la declaratoria de protección de la zona, y los ordenamientos ecológicos estatal y local, o sea, no es nada fácil”.
A su juicio, la CEA tiene la opción de adquirir terrenos fuera de Zapopan y darles ese uso, o bien, contratar una empresa que mueva los residuos, “pero esto difícilmente lo podrán hacer aquí”, destacó.
Datos
Proyecto cuestionado
- Según la CEA, los biosólidos de la planta de tratamiento de Aguaprieta son “un proyecto ambientalmente muy positivo”, porque el biosólido es básicamente un mejorador de suelos, pero es necesario advertir que la zonificación del área protegida en ese sitio es con uso de aprovechamiento, y si bien, se desmontarán 7.5 hectáreas, al final del proceso se tendrá arbolado en 20 hectáreas.
- Son alrededor de 170 toneladas diarias de ese material que se depositarán como fruto de la operación de una de las plantas de saneamientos mayores de América Latina. La experimentación con este mejorador de suelos abre la posibilidad de que se venda en el mercado regional —donde abundan superficies agrícolas agotadas por el uso de agroquímicos—, lo que derivará en que buena parte de la sustancia sólo vaya de paso por el área.
- El gobierno del estado compró 80 hectáreas que conforman seis polígonos, ya está completamente pagada a la Comunidad Indígena de Mezquitán, “ya se movieron de forma voluntaria, con las indemnizaciones correspondientes, los habitantes del pueblito que allí se encontraba, Tempisques, y el predio está listo para ser usado, en apenas 20 hectáreas, para el proyecto del monorrelleno”, según información de la gerencia jurídica de la CEA.
- La CEA asegura que no hay violaciones al área protegida: “La totalidad de la zona está dentro de lo que se conoce como área de aprovechamiento, no de conservación o restauración, donde sí te permiten hacer proyectos de infraestructura; previamente se adquirió la autorización de la Semades [Secretaría de Medio Ambiente estatal] para impacto ambiental, y para las 7.5 hectáreas forestales se está tramitando un cambio de uso de suelo forestal, ante la Semarnat [Secretaría de Medio Ambiente federal]”, añade la dependencia.
- Así, justifica, “para la construcción y operación del monorrelleno se tiene la aprobación de impacto ambiental por parte del estado, que es el competente, y con la federación lo que les compete es el cambio de uso de suelo de las zonas forestales, después del estudio que se realizó”.
- Según el organismo, se ha demostrado que el biosólido no es contaminante. 20 ha serán utilizadas para la instalación del monorrelleno de la planta en Tempisques; 18 años de operación, es el periodo útil del proyecto de saneamiento de aguas.
La CEA ya se inconformó
La Comisión Estatal del Agua (CEA) del gobierno de Jalisco, ha interpuesto un recurso de revisión para que se consideren elementos que según el organismo, no fueron tomados en cuenta para elaborar el resolutivo firmado el pasado 30 de agosto.
“Conforme con el artículo 117 de la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, y el 35 de laLey General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, se entregaron respuestas a las dudas de la autoridad de forma que consideramos adecuada, y con base en eso, el pasado 20 de septiembre se interpuso el recurso de revisión, donde se argumenta que las dudas de la autoridad están debidamente solventadas”, afirmó ayer la vocera de la CEA, Jéssica González Alcalá.
Precisó que la superficie completa del monorrelleno es de 19.2 hectáreas, pero sólo se solicitó cambio de uso de suelo en 7.5 ha, porque 11.2 ha más tienen ya el uso agrícola y serían compatibles con el uso del monorrelleno.
El monorrelleno de la planta de tratamiento de Aguaprieta, en la barranca del río Santiago, se encuentra dentro del área de protección hidrológica municipal que está vigente en la ladera poniente de la cuenca, “pero la zonificación lo permite y además, no contendrá materiales tóxicos o nocivos”, dijo el pasado mes de marzo a MILENIO JALISCO el director de la unidad ejecutora de abastecimiento y saneamiento de la CEA, Ricardo Robles Varela.

jueves, 20 de septiembre de 2012

El pueblo wixárika no será cómplice de las mineras


El acuerdo principal de la comunidad wixárika de San Sebastían Teponahuaxtlan es contundente: el rechazo tajante “a cualquier tipo de actividad minera, sea cual sea la modalidad o etapa de la misma”.
Gloria Muñoz Ramírez
Fotografía: Prometeo Lucero/desinformemonos.org
Mesa del Tirador, Jalisco. Encubiertos bajo cualquier identidad se internan en la sierra huichola, actúan como delincuentes, sin decir exactamente sus intenciones, y se dedican a recabar información, casi casa por casa, sobre los minerales que hay en el territorio de la comunidad  wixárika de San Sebastían Teponahuaxtlan y Tuxpan de Bolaños, perteneciente a los municipios de Mezquitic y Bolaños, en la mera frontera entre Jalisco y Nayarit.
Así llegan los empleados de las empresas mineras que pretenden instalarse en estos parajes. Son ellos el primer eslabón del trabajo sucio para empezar a marcar el terreno. El engaño o la compra de información abierta es su método para que los pobladores ancestrales de estas tierras les ofrezcan muestras y les indiquen rutas de exploración. Es por esto que en su asamblea trimestral, los mil 636 wixaritari concentrados en la localidad de Mesa del Tirador, acordaron “sancionar a miembros de la comunidad que promuevan o faciliten dichas incursiones mineras; conforme al propio sistema normativo y formas tradicionales de toma de decisiones”.
La amenaza minera es tan grave que la asamblea decidió que “en caso de reincidencia de estos actos”, los comuneros serás despojados de sus derechos agrarios de forma definitiva, es decir, se les retirará el predio que poseen.
El acuerdo principal es contundente: “La asamblea general de comuneros rechaza tajantemente cualquier tipo de actividad minera, se cual sea la modalidad o etapa de la misma”. Y a partir de este punto se desglosan los demás acuerdos.
La asamblea se realiza los días 7, 8 y 9 de septiembre y hasta aquí llegan pobladores de las 36 localidades que conforman San Sebastían Teponahuaxtlan. Se destaca la presencia de cientos de jóvenes que llegan en grupo o con sus familias y se instalan en los lugares destinados por los anfitriones.
Se trata de una reunión como las que se sostienen cada tres meses para tratar desde asuntos financieros hasta conflictos agrarios. En esta ocasión los puntos nodales son la amenaza de las mineras y la presentación del Estatuto Comunal, que justo servirá para normar los principios que habrán de regir para salvaguardar su cultura.
Desde Mesa del Tirador, uno de los pueblos de la comunidad Waut+a (conocida en castellano como San Sebastián Teponahuaxtlan), se vislumbran las 28 mil hectáreas que estos pueblos recuperaron entre el 2001 y 2005, y que conforman las más de 240 mil que Pedro de Haro, autoridad moral de los huicholes, logró que  se les reconocieran como tierras comunales en 1954, pues estaban invadidas por los mestizos de Huajimic y de Puente de Comatlan.  Aún con el reconocimiento permanecieron invadidas hasta que en los setenta don Trinidad Carrillo se fue a buscar a wixarikas que desde la revolución se habían ido a vivir a las orillas del río Santiago. Los convenció de regresar a ocupar sus tierras y fundaron entonces Mesa del Tirador.
Ahora, tan solo sobre el territorio recuperado de San Sebastián, pesan tres concesiones mineras para explotación de oro, plata y manganeso, por lo que, para defender sus tierra y su cultura, la asamblea decidió “que es obligación de los comuneros, comisarías tradicionales, autoridades tradicionales y agrarias, vigilar y hacer del conocimiento al órgano de representación comunal de cualquier indicio o anomalía detectada referente a la minería”.
“Se trata de que en esta asamblea se vean los problemas rezagados en nuestra comunidad. Todos tenemos la libertad de hablar, con las mismas obligaciones y los mismos derechos, pues la asamblea es de todos, no sólo de las autoridades, y es la oportunidad de sacar nuestras inconformidades”, dice uno de los oradores en el inicio de una de las tantas reuniones con las que se organizan estos pueblos para sacar sus acuerdos, señala al inicio el comisario Octaviano Díaz.
La asamblea dictamina también sanciones para los que vienen de afuera, como señala uno de los comuneros, pues “son ellos los que traen la división a la comunidad”. Por eso, acordaron sancionar a cualquier organización civil o institución gubernamental “que promueva o facilite dichas incursiones mineras; conforme al propio sistema normativo y formas tradicionales de toma de decisiones, así mismo será desconocido de manera definitiva por la comunidad”.
“Me preocupa que algunos wixárika sean cómplices de las mineras. No podemos permitirlo”, dice otro de los comuneros, al tiempo que relata que un empresario intentó comprarlo ofreciéndole la bicoca de 200 pesos por las muestras de minerales que le entregara, o para servirle de guía. “Pero yo lo rechacé y lo turné a la autoridad”, señala.
No todos los ofrecimientos son tan magros. Trascendió que una empresa canadiense ofreció 30 millones de pesos a la asamblea y 10 millones más al comisariado de bienes comunales por permitir la exploración del territorio y el establecimiento de minas.
El derecho a ser consultados es el principal argumento en su defensa, pues, advierten, es una “obligación inamovible de todas las autoridades mexicanas, consultar de manera libre previa e informada, y en su caso la obtención del consentimiento de las comunidades, sobre el uso y/o explotación de cualquier recurso natural dentro de los territorios comunales”.

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jueves, 13 de septiembre de 2012

Falta de voluntad política obliga a modificar acciones para sanear el Río Santiago

A decir de Graciela González, de la asociación Un Salto de Vida, la reconsideración en las formas de lucha es lo más difícil. Foto HéŽctor Jesúœs Herná‡ndez
Alejandro Velazco/La Jornada Jalisco
“Nos hemos dado cuenta que el gobierno no puede y no quiere resolver los problemas que nos afectan”, relatan habitantes de El Salto, afectados por la contaminación del Río Santiago, quienes pretenden replantearse las acciones colectivas para poder subsistir en un territorio altamente dañado por la contaminación industrial. Entre estas nuevas perspectivas de trabajo comunitario se encuentran proyectos de agricultura y arte para mejorar la calidad de vida con base en el trabajo de los propios vecinos.
En el marco del II Encuentro Internacional de Estudios Sociales y Región en el Centro Universitario de la Ciénega (CUCi) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), integrantes de la Asamblea Regional de Afectados Ambientales se reunieron y compartieron sus experiencias de afectaciones de los pueblos de la barranca y por la contaminación del Santiago.
A decir de Graciela González, de la asociación Un Salto de Vida, la reconsideración en las formas de lucha es lo más difícil “porque empezamos desde la desesperación, hacíamos cosas a como nos habían enseñado de que el gobierno iba a resolver, al paso de los fregadazos y reconsideraciones colectivas le vemos a ese entorno pocas posibilidades, porque hay poca voluntad política”.
Los pueblos de la Barranca –Ixcatán, Huaxtla, San Esteban, Milpillas, Ex Hacienda del Lazo, San Lorenzo, y Ejido de Copala– no sólo comparten con El Salto la problemática ambiental, sino también la visión de que la política actual está basada en el dinero y no en la vida.
Por estos motivos han cambiado sus formas de acción dentro de las comunidades, con procesos de reflexión al interior, comenzando por ir a los barrios para representar los diagnósticos que se tienen y brindar información.
En el caso de El Salto, desde hace varios meses se están impartiendo cursos de agricultura urbana. “Estamos buscando la manera de enseñarnos a sembrar, tener comida más confiable que las que traen de las huertas con fertilizantes, para tener una opción de vida”, relata la bióloga.
También se trabaja en la formación de un vivero, “para poner verde a El Salto y Juanacatlán” y se han establecido reuniones con artistas comunitarios que ayuden a expresar la denuncia de la contaminación de otras maneras.
“Es difícil para los niños y jóvenes soportar un discurso permanente, estamos buscando otras lógicas para presentar el problema socioambiental, económico y político, que nos han llevado toda esta destrucción de los pueblos”, indica Graciela.
También se están fortaleciendo en el panorama jurídico los casos de las comunidades aglutinadas en la Asamblea, para presentarlo en el Tribunal Permanente de los Pueblos –con sede en Roma y que se encuentra en sesiones dentro del territorio nacional–, “para evidenciar al Estado mexicano por hacer estas leyes obsoletas y todo el modelo que da al traste a nuestras vidas”.
Por su parte, el poblado de San Francisco Ixcatán, se enfoca más en el rescate de las costumbres del lugar para crear arraigo entre los habitantes. Desde la fiesta de los tastoanes hasta la elaboración de recetarios con comida típica de la zona, los esfuerzos van en este sentido.
Como relató doña Sofía, pobladora de Ixcatán, el trabajo con niños es muy importante, con ellos se elaboran los disfraces tradicionales de las fiestas del pueblo a fin de rescatar costumbres perdidas.
También se tiene un programa de elaboración de hornos que trabajan con leña, con el cual se ha beneficiado a 24 familias. Esto con el motivo de ahorrar en el consumo de gas, además las estructuras cuentan con un sistema que no afecta la salud de las familias y se utilizan maderas de la región.
El próximo año se desarrollará, comentó José Casillas, un trabajo para lograr la captación de agua de lluvias.
En cuanto a Huaxtla, que continúa con los problemas por los lixiviados que caen de los basureros Picachos y Hassar’s, los pobladores pretenden continuar con las acciones a fin de que las plantas de tratamiento de ambos vertederos funcionen correctamente y no viertan sus desechos al arroyo Milpillas.
Además se trabaja en huertos de mango y maíz que no utilizan químicos, a fin de mejorar la alimentación y se están buscando nuevas fuentes de agua limpia, pues el actual ayuntamiento prometió construir un pozo profundo, el cual no se ha comenzado.
Investigadores analizan problemática
En la primera jornada de este encuentro internacional –que durará tres días– diversos expertos e investigadores en el área del medio ambiente se dieron cita en el CUCi para dialogar con alumnos de la universidad y afectados directos por la contaminación del Santiago a fin de analizar las situaciones que existen en el estado de problemas ambientales, además de alternativas agropecuarias a fin de mejorar las condiciones alimenticias en la entidad.
Paulina Martínez, organizadora de las mesas, resaltó la importancia de estos diálogos y que se den a conocer las problemáticas entre los habitantes de zonas urbanas.
Entre los temas que se trataron, Jaime Morales, habló sobre la recuperación de la agricultura familiar y el consumo como un acto político, es decir, que conlleva a una reflexión sobre a quién se le compra y qué es lo que están consumiendo.
Él considera que uno de los problemas principales es la relación desigual que existe entre el campo y la ciudad, la ciudad como depredadora de los recursos de campo, en donde paradójicamente los productores son los más pobres.
También se habló de la pesca, en donde el experto Antonio Corgos, hizo comparativos entre las ventajas de este tipo de actividad sobre la pesca industrial, “en términos generales esta última contamina más porque utiliza grandes cantidades de diesel y vierte desechos en el mar, además la pesca industrial extrae especies que no son de su interés y las desecha”.
El biólogo Gregory Nieves, hizo una descripción de las especies endémicas de la barranca de Huentitán en peligro de extinción, que representan una gran diversidad.
Indicó que los huertos tradicionales –que enfrentan el problema de la contaminación del Río Santiago– ayudan al equilibrio ecológico de la Zona Metropolitana de Guadalajara, por lo cual, aseguró, deben recuperarse incentivando a los campesinos a través de bonos por los servicios ambientales.