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lunes, 22 de octubre de 2012

Defensores de El Nixticuil exigen a la Semarnat frenar el desarrollo Mirasierra


Salvabosque refiere que la construcción de Mirasierra afecta la cuenca del Río Blanco en general y el Área Natural Protegida del Bosque. Foto Héctor Jesús Hernández
El Comité Salvabosque entregó al delegado estatal una carta con todos los argumentos para detener el proyecto
Raúl Torres/La Jornada Jalisco
Argumentando la comisión de presuntas irregularidades en el proceso que se sigue para intentar cambiar el uso de suelo en el Bosque del Nixticuil para dar paso al megaproyecto inmobiliario denominado Mirasierra, que albergaría más de 100 mil habitantes en esa zona de Zapopan, integrantes del Comité Salvabosque Tigre II exigieron a la delegación de Semarnat en Jalisco que aplique la ley para no avalar el proyecto.
En una carta dirigida a Luis Gerardo González Blanquet delegado de la dependencia federal en Jalisco, el Comité Salvabosque afirma y documenta que durante los últimos ocho años se han contabilizado 21 incendios (presuntamente provocados) en los terrenos donde las empresas Jardín Real, Consorcio G, Gómez Vásquez Aldana y Mendelssohn y Amadeus, pretenden desarrollar este proyecto, por lo que “de acuerdo con el artículo 117 de la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable ‘no se podrá otorgar autorización de cambio de uso del suelo en un terreno incendiado sin que hayan pasado 20 años’”.

En su misiva, Salvabosque indica que además se transgrede la NOM-059-SEMARNAT-2001, “ya que se afectará a más de nueve especies de flora y fauna con alguna categoría de protección”.
Además, advierte que la consultora Biosferazul, que realizó la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del proyecto “encubrió que se hayan suscitado incendios forestales y que uno de los polígonos a urbanizar está en litigio, por lo que incurrió en una falta al presentar información falsa e incompleta, según lo establecido en el artículo 36 del Reglamento de La Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente en Materia de Evaluación del Impacto Ambiental”.
Respecto a Biosferazul, Salvabosque recordó que en el proceso de creación de la MIA “hubo tráfico de influencias” por parte de esta consultora ambiental “pues dentro de esta empresa labora Patricia Fregoso, ex secretaria particular de la titular de la Semades, Martha Ruth del Toro Gaytán, quien de una manera deshonesta y poco ética aún trabajaba como servidora pública en esa dependencia cuando la consultora elaboró e ingresó la MIA para su evaluación”.
Entre los argumentos para solicitar que no se otorguen los cambios de uso de suelo en el Nixticuil, Salvabosque refiere que la construcción de Mirasierra afecta la cuenca del Río Blanco en general y el Área Natural Protegida del Bosque El Nixticuil-San Esteban-El Diente (Bensedi) en particular “por la disminución en la capacidad de captación de agua al acuífero, pues sufrirá la devastación de áreas donde la infiltración de agua es Media-Alta o Alta.
Las estimaciones del Comité señalan que la sobrexplotación tras la urbanización de esta área del Bensedi equivaldría a extraer tres millones 945 mil 394 metros cúbicos de agua del acuífero a través de pozos profundos, lo cual supera casi cuatro veces la capacidad de infiltración de esta zona, que es de un millón 140 mil metros cúbicos, lo que contraviene los dos decretos de veda que existen para el Valle de Tesistán, que datan de febrero de 1951 y abril de 1976.
“Lo anterior es una clara violación al Área Natural de Protección Hidrológica que es El Nixticuil cuya integridad depende en gran medida de garantizar el respeto por el decreto estatal que así la ha catalogado”, indica la carta entregada al funcionario.
Por lo anterior “exigimos que la Semarnat, en cumplimiento de la normatividad ambiental vigente, emita una resolución negativa para los cambios de uso de suelo solicitados por los promoventes del megaproyecto inmobiliario denominado Mirasierra de Zapopan, y que de esta forma garantice el respeto a los ecosistemas que se encuentran en la cuenca del Río Blanco, el Bosque el Nixticuil y el Decreto de Protección del Bensedi como Área de Protección de Recursos Naturales y de Protección Hidrológica para asegurar su conservación por encima de cualquier interés económico particular”, concluye Salvabosque.