• Generan sedimentos que azolvan los afluentes, dice Alejandro Juárez
Vista del lago de Chapala. Foto La Jornada Jalisco
Aníbal Vivar Galván/La Jornada
Jalisco.- El cambio en las actividades agrícolas de las tierras que se
encuentran cercanas a la subcuenca del Lago de Chapala ha generado una
gran cantidad de sedimientos que azolvan los afluentes y reducen su
capacidad de producir alimentos para los organismos acuáticos y la
cantidad de agua que los afluentes pueden almacenar, aseguró Alejandro
Juárez, director de la organización civil Corazón de la Tierra y
coordinador del estudio Caracterización y diagnóstico de la
contaminación en la subcuenca Chapala e instrumentos de participación
plural para su prevención.
“Un problema muy importante que
encontramos es la pérdida de suelo en las zonas de cultivo de ladera. El
asunto está en que cruzando los datos del tipo social, los datos de uso
de agroquímicos y los datos que tienen que ver con pérdida de suelo,
vimos que es una circunstancia durísima que tiene atenderse con mucha
prioridad, porque las zonas de cultivo de ladera, a pesar de que están
repartidas en toda la subcuenca, únicamente ocupan siete mil hectáreas
(de las poco más de 331 mil en total) pero generan casi la mitad de los
sedimientos que hay en esta zona”, dijo durante la presentación de los
resultados de la investigación.
Agregó que
una de las principales consecuencias que tiene esto es que los suelos se
hacen cada vez menos fértiles y, por tanto, los agricultores requieren
invertir más en fertilizantes.
Juárez precisó que sólo en el periodo del
año y medio que duró esta investigación, se cuantificó que la subcuenca
recibe poco más de cien mil toneladas de sedimentos con una gran
cantidad de fertilizantes, herbicidas y otros productos. Según datos del
mismo estudio, en esta zona se utilizan grandes cantidades de químicos
fuera de las normas establecidas, ya que los agricultores no respetan
las indicaciones de uso de éstos.
El investigador precisó que gran parte de
los sedimentos son arrastrados por el efecto de los escurrimientos de
las lluvias, por lo que la cantidad de éstos incrementa o disminuye de
acuerdo a lo copioso del temporal.
El director de Corazón de la Tierra
indicó además que con esto surge otro problema, pues entre más tierra
exista dentro del agua es más difícil que los organismos vivos como las
algas puedan desarrollar un proceso adecuado, pues no reciben una
suficiente cantidad de luz solar.
“El azolve al llegar al agua se mezcla y
reduce la capacidad de la luz para penetrar, entonces, aunque hay
nutrientes disponibles para las algas éstas no se desarrollan de manera
correcta básicamente porque no hay suficiente luz. ¿Qué significa esto?
Que tenemos dos problemas y uno está medio tapando al otro, pero tenemos
que intervenir rápidamente con el tema del azolvamiento porque esto
está reduciendo drásticamente la capacidad de almacenamiento del Lago de
Chapala, las presas y los arroyos”. Agregó que una consecuencia de lo
anterior puede ser que no se logre un equilibrio adecuado en cuanto a la
presencia de las algas y se tengan problemas para poder potabilizar el
agua que se provee a la zona metropolitana.
Juárez mencionó que este estudio, en el
que participaron más de 25 investigadores, sirve como base para
determinar las acciones que deben seguirse para evitar un mayor daño al
Lago, tanto en el cambio de los hábitos de la agricultura como en el
modo en el que las instituciones realizan esfuerzos para evitar la
contaminación del Lago.