Maricarmen Rello / Milenio
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) regresó a Jalisco la queja que presentaron habitantes de comunidades de Zapopan, por posibles violaciones a su integridad, derivadas de la contaminación por lixiviados de los basureros y del asentamiento de nuevos fraccionamientos al norte de ese municipio.
Representantes de comunidades como Huaxtla, La Soledad, Ixcatán y Milpillas, entre otras que suman 25, no recibieron con gusto la noticia de que la queja fue derivada al ombudsman estatal.
“La CNDH pasó la queja a la Primera Visitaduría de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, y ahí va incluida también la queja por la contaminación de lixiviados de los basureros de Picachos y Hassar […] lo que no sabemos por qué, pues el agua es competencia de las autoridades federales”, indicó José Casillas, representante de los afectados.
En entrevista, señaló que temen que la queja se “congele”, no obstante que, según refirió, hubo personal recolectando muestras en la zona, luego de que fueron notificados de la decisión de la CNDH.
Casillas explicó que la cuenca de Copala-San Esteban-Los Camachos es abastecida por una presa que está siendo contaminada por los nuevos fraccionamientos que realizan descargas irregulares a sus afluentes, no obstante que los pobladores de estas comunidades ejidales detentan el permiso para irrigar “arriba de 200 hectáreas de nopal” con esa agua: “La presa es una concesión que el Ejido de San Esteban ganó y es para riego, imagine los nopalitos cómo llegan acá a la ciudad”.
Sin embargo, los afectados no han sido escuchados por las autoridades de Zapopan, aun cuando ya solicitaron la intervención directa del alcalde Héctor Vielma, quien al tomar su cargo ofreció resolver la contaminación de afluentes provocada por el escurrimiento de los lixiviados de basura –y hasta firmó acuerdos–, al que se añade la contaminación por descargas de aguas residuales de fraccionamientos como El Molino y ARA, dijo.