Agustín del Castillo/Público
Como ha sucedido en al menos tres
ocasiones en los últimos quince años, la mala calidad del agua en el río
Ayuquila ha llevado a prohibir que los miles de asistentes a la Feria
Ambiental, que se realiza todos los años en los días santos en Tolimán,
tengan la prohibición expresa de bañarse en las aguas turbias de la
pacífica corriente que nace a más de 100 kilómetros, en las montañas de
Quila.
“El presidente anda en la feria, dijeron
que se iba a poner una lona muy grande para pedirle a la gente que no se
metiera al río, que está contaminado”, dijo una empleada de la policía
municipal ayer por la noche, vía telefónica.
La decisión debió tomarse tras conocerse
los resultados del último monitoreo de calidad de agua que realiza la
Universidad de Guadalajara, mes con mes, en la confluencia de los ríos
Ayuquila y Tuxcacuesco —su principal tributario—, y cuyas muestras se
analizan en el laboratorio del Instituto Manantlán de Ecología y
Conservación de la Biodiversidad (Imecbio).
En muestras levantadas a finales de marzo
y dadas a conocer el 3 de abril, se señalan las siguientes
concentraciones de coliformes fecales (residuos de heces humanas):
Ayuquila, 3,700 NMP [número más probable, dice la nomenclatura
científica) en 100 mililitros; Tuxcacuesco, cuatro mil NMP; Armería,
2,000 NMP.
“De acuerdo
con normas internacionales, las aguas para uso recreativo deben de
contener menos de 1,000 NMP/100 ml de bacterias coliformes para evitar
problemas de infecciones gastrointestinales y de la piel”.
Por ello, el estudio sugirió “durante
este periodo vacacional recomendar a la población no bañarse en las
aguas de esos ríos, especialmente los niños que pueden ingerir agua
durante el baño y que son muy susceptibles a rápidas infecciones
intestinales”.
Esto va a arruinar la fiesta de miles de
moradores pobres de este rincón del Sur de Jalisco, que completan su
dieta con los peces del río y que nadan en sus aguas. No obstante, es lo
obligado ante una contingencia.
¿Por qué el problema? “Durante mucho
tiempo se han vertido contaminantes en los cuerpos de agua cercanos a
nuestras viviendas y actualmente es notorio el nivel de degradación de
los cuerpos de agua, lo cual pone en riesgo la salud pública y la
calidad de vida de la población. Ante esta situación se detonó un
proceso de gestión [...] con el propósito de atender la agenda en
materia de saneamiento de las aguas en la cuenca media del
Ayuquila-Armería”, señala el documento.
Un dato relevante es que “la capacidad
instalada para el tratamiento de agua residual en la región es apenas de
cinco sistemas en operación y uno a pocos días de iniciar operaciones,
concentrados en cinco de los diez municipios”. A esto se agrega el
problema de los vertidos de vinazas de las mezcaleras de Tonaya —aunque
se ha avanzado en el tema— y a las denuncias contra las mineras de la
región por su posible contaminación.
La Junta Intermunicipal del Río Ayuquila
(JIRA) ha recibido la tarea de elaborar un plan de contingencia para
prevenir este tipo de problemas, que afecta sobre todo a los moradores
pobres de la cuenca baja del río.