Alejandro Velazco./La Jornada Jalisco
Las organizaciones Greenpeace, el Instituto Mexicano de Desarrollo Comunitario (Imdec) y Un Salto de Vida dieron a conocer una investigación realizada por el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) que demuestra la presencia de metales pesados como arsénico en él río Santiago, pese a que las comisiones Nacional y Estatal del Agua (Conagua y CEA) lo han rechazado. Dicho documento, al cual se accedió por un recurso de revisión vía Infomex, se había negado a los organismos civiles bajo el argumento de afectaciones a las empresas contaminantes.
A decir de Gustavo Ampugnani, coordinador de Campañas de Greenpeace México, las autoridades prefieren “dejarle hacer negocios sucios a las corporaciones, que mantener la salud de las personas y la salud del medio ambiente”.
El argumento que utilizó el IMTA para rechazar en primera instancia la entrega del informe fue que, “divulgar la información de este estudio provocaría por sí mismo una ventaja competitiva frente a terceros, en virtud de que estarían en posición de conocer tanto sus propios agentes contaminantes como los del resto de sus competidores, y por otro lado esta información les permitiría denunciar a las otras personas y al mismo tiempo corregir o modificar los contaminantes que estuvieran vertiendo los otros sujetos”.
Por este motivo el activista detalló que las autoridades prefieren mantener “este tipo de competitividad perversa entre las empresas que dar a conocer información altamente relevante de cuál es el estado de los ríos, de reconocer que las poblaciones que están viviendo a los alrededores están altamente expuestas y de tomar medidas para resolver esta situación”.
El estudio, que se puede consultar en la página de la organización internacional, revela que la mayor parte de los contaminantes son producidos por las empresas del corredor industrial de El Salto, y que además entre el 87 y el 94% de éstas incumplen con al menos uno de los parámetros de las normas oficiales mexicanas.
La planta de tratamiento de aguas residuales de El Ahogado, inaugurada recientemente, solamente trata desechos orgánicos pues, según la Conagua y la CEA, son los mayores contaminantes, sin embargo el trabajo del IMTA indica lo contrario.
Respecto al tratamiento de aguas, Ampugnani señaló que Greenpeace pide que en primer lugar se detengan las descargas contaminantes, y después se comience con la limpieza, “este trabajo demuestra que el Estado mexicano tiene la capacidad para saber quién está contaminando, tiene capacidad para decirnos qué hay en los ríos materia de sustancias tóxicas”.
En total se detectaron mil 90 compuestos en el afluente, cuyos niveles de presencia se encuentran por encima de lo que permiten las normas NOM001 y NOM002, las cuales solamente regulan, recordó Ampugnani, una docena de sustancias.
Además, el IMTA demuestra la presencia de arsénico en las aguas del río Santiago, pese a que hace unos meses Felipe Calderón y José Luis Luege Tamargo declararan que no existía dicho metal pesado.
“El estudio tiene información muy valiosa, y lo que nosotros vemos como escandaloso es que este estudio se haya ocultado, que las autoridades del instituto y de la Comisión Estatal del Agua hayan ocultado esta información al público”, reiteró.
Por su parte, María González Valencia, directora del Imdec, enfatizó en que el ocultar información de este tipo es una violación de los derechos humanos de las poblaciones aledañas a la cuenca del Ahogado y el río Santiago.
“Esto ha sido una estrategia del gobierno durante décadas en las que las poblaciones han exigido atención a su salud, el saneamiento integral del río y el gobierno ha usado el ocultar, el desatender, el minimizar el conflicto como una estrategia para no atender de fondo el problema y esto es una violación a los derechos humanos”.