El 16 de abril, pescadores, acuicultores y productores de mango de la zona de Petacalco en el municipio de La Unión, bloquearon los accesos a la termoeléctrica para exigir ala CFE que cumplan con las obras sociales y proyectos productivos que había pactado con ellos.por Brenda Escobar / Kaoz en la Red
La madrugada de este martes, unos mil 500 elementos de la Policía Federal Preventiva, apoyados por marinos y militares, desalojaron con violencia a los pescadores y productores de mango que desde el 16 de abril pasado bloqueban los accesos a la planta termoeléctrica Plutarco Elías Calles, propiedad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ubicada en Petacalco. Guererro.
De acuerdo a los testimonios, los federales fueron los que llegaron a desalojarlos de manera violenta mientras que los militares y marinos se quedaron en las inmediaciones al poblado.
Luego del desalojo, los federales literalmente sitiaron tanto la planta termoeléctrica como a la comunidad y hacían recorridos continuos por las calles y avenidas en busca de los 18 líderes que encabezaban el movimiento y contra quienes la CFE presentó una denuncia penal, por lo que ahora tienen una orden de aprehensión en su contra.
Asimismo, mantienen custodiados los seis accesos a la planta y permanecen en los mismos sitios en que hasta la madrugada de este martes estaban los pescadores y sus familias; ahí, debajo de las huertas de mango, los policías federales utilizan los alimentos y muebles que dejaron los pescadores luego de que huyeron para que no los siguieran golpeando.
Mientras tanto, en el lado poniente de Petacalco, en la comunidad El Naranjito, los marinos pusieron un retén de revisión y otro más en la entrada oriente a Petacalco, sobre la carretera nacional Zihuatanejo-Lázaro Cárdenas, en el tramo que va al Colegio de Bachilleres.
Los militares hicieron lo mismo a unos 500 metros de la entrada a la comunidad Zorcúa yendo de Petacalco a Zihuatanejo, así como otro retén más en el entronque al poblado La Salada, sobre la misma carretera federal.
El 16 de abril, pescadores, acuicultores y productores de mango de la zona de Petacalco en el municipio de La Unión, bloquearon los accesos a la termoeléctrica para exigir ala CFE que cumplan con las obras sociales y proyectos productivos que había pactado con ellos, posteriormente demandaron la indemnización a deudos cuyos familiares habían fallecido de cáncer o infartos a consecuencia de los efectos de la planta. De igual modo pidieron apoyo para los vecinos que tenían actualmente esos padecimientos.
Durante casi dos meses, estuvieron reiteradamente haciendo llamados al gobernador para que mediara una reunión con el director de la CFE, Antonio Vivanco Casamadrid, pero más allá de que se concretará, el 24 de mayo, policías federales intentaron detener a seis líderes de Petacalco cuando viajaron a Acapulco a convocatoria del secretario de Gobierno, Humberto Salgado Gómez para un supuesto encuentro.
En varias ocasiones, los plantonistas se enteraron extraoficialmente de posibles desalojos y fue hasta ayer, a dos meses del plantón que se consumó la advertencia.
El desalojo
Desde la noche del lunes, los plantonistas fueron avisados de que a la ciudad de Lázaro Cárdenas, Michoacán –a menos de 10 minutos de Petacalco por la autopista Siglo XXI Morelia-Lázaro Cárdenas-, estaban llegando cientos de policías federales y que los desalojarían durante el transcurso de la noche, por lo que se mantuvieron a la expectativa, “prácticamente no dormimos porque estábamos cuidando que fueran a llegar violentos porque aquí había mujeres y niños”, contó uno de los pescadores.
Sin embargo, los federales –unos mil 500-, llegaron en la madrugada de este martes, al filo de las cinco de la mañana, “llegaron gritando “¡órale hijos de la chingada, a chingar a su madre, sálganse cabrones!”, dijo doña Rosario Mendoza, una anciana que estaba en el lugar del desalojo al momento de que los reporteros llegaron por la mañana a tomar la nota, “tumbaron todo, empujaban, golpeaban, los niños se asustaron muy feo, las mujeres gritaban, pero a ellos no les importó”.
Uno de los integrantes del movimiento, Juan José García Vinalay, manifestó que los elementos de la PFP llegaron en la madrugada a quitarlos a golpes, “hubo compañeros que fueron golpeados al tratar de recuperar sus pertenencias, nos trataron con palabras obscenas, nos rayaban la madre, todas las cosas que los compañeros tenían ahí, sus tienditas en las que vendían comida, refrescos, se las llevaron, rompieron hamacas, otras se las llevaron, las tiendas de campaña las rompieron y toda la comida que tenían la tiraron”.
“No les importó nada que hubiera mujeres y niños porque hubo mujeres golpeadas, a los niños los empujaron, hubo un exceso de la fuerza pública, no era para que nos hubieran tratado como lo hicieron”.
El pescador aseguró que tienen la razón en sus reclamos porque tanto Petacalco como las comunidades cercanas a la termoeléctrica que están siendo afectadas por la contaminación que provoca, no tienen servicios públicos, pagan la tarifa más cara por el consumo de energía eléctrica; la CFE no le da trabajo a los pobladores, “estamos en contra de la Comisión, queremos que se vaya, que no esté en Petacalco porque no deja ningún beneficio a la ciudadanía”.
Con la voz quebrada por el llanto de la impotencia, el pescador le pidió al gobernador “que tenga palabra y dignidad, porque no somos unos perros para que nos hayan tratado así de esa forma, el gobernador había comentado que Petacalco merecía un trato justo, donde íbamos a tener un bulevar, una comisaría digna, donde íbamos a tener diferentes fuentes de empleo; vino al municipio de decir que tenía puesta la camiseta de los pescadores, dónde está”, cuestionó.
Luego enfatizó que los pescadores seguirán en la lucha, “esto no ha acabado, perdimos una batalla pero no la guerra”.
Enseguida, manifestó que luego del desalojo, la PFP y la marina tienen literalmente sitiada la comunidad de Petacalco y hacen recorridos continuos por todo el poblado, “los habitantes de Petacalco se sienten ofendidos por la manera en que fuimos tratados, queremos decirles que no somos unos delincuentes, que somos ciudadanos pacíficos que estuvimos esperando que se diera el diálogo y es injusto lo que ha pasado, no somos delincuentes”.
La señora Nohemí Acosta Guevara, esposa de uno de los pescadores, fue una de las tantas mujeres golpeadas por los elementos de la PFP; ella mostró a los reporteros cómo tenía inflamada su mano derecha a causa de un golpe que le dio un uniformado con una tabla que ella tenía para preparar comida, “no querían que agarráramos nada, yo les dije que me dieran chance de ayudarle a mi esposo a echar las cosas a la camioneta y dijeron que nos fuéramos porque estábamos haciendo estorbo”.
Agregó que tanto a ella como a sus hijos y a su esposo los agredieron físicamente, “no querían que agarráramos nada, a muchos los tumbaron, los empujaron, llegaron a tumbar todo lo que estaba, no dieron chance de que agarráramos nuestras cosas y digo que eso no se vale porque uno ni siquiera se portó grosero con ellos, nos robaron lo que teníamos todos ahí en el plantón”.
El comisario entrante, Hilario Urbano Segundo dijo que cuando llegaron los policías federales, trató de entablar un diálogo con el comandante que iba al mando, pero que el resto de los uniformados se puso agresivo y empezaron a golpear a los pescadores y sus familias, “los policías sacaron sus armas y los encañonaron, les dije: son pescadores, no son maleantes, hay mujeres y niños, pero les tiraron sus cosas, los aventaron al piso y los empezaron a golpear”.
Consideró el hecho como injusto pues supuestamente este martes estaba programada una reunión con el gobierno del estado y funcionarios de la CFE para arreglar este conflicto social, “estábamos en la mejor disposición de dialogar y nos mandaron el desalojo”.
El pescador José Luis Moreno Bravo denunció que a él lo golpearon los policías cuando trató de evitar que golpearan a una de las mujeres que cubría a sus niños, “decían los policías que no iban a golpear pero estaban golpeando a la gente, tuvimos todos que correr porque no somos de pleito y ellos eran más que nosotros, estaban agresivos, querían golpear al que se le pusiera enfrente, a unos hasta les mentaban la madre y no se vale”.
“No se vale que el gobernador en vez de ayudar a los pescadores nos tire, sabemos que fue el secretario de Gobierno, Humberto Salgado quien ordenó el desalojo porque la otra vez también estuvo de acuerdo en el desalojo del paro de hace unos meses; no se vale que el gobernador trate así a la gente que confió en él y lo apoyó cuando necesitaba de nuestro voto
Don Tranquilino Rivera Rodríguez contó que los policías se pusieron muy agresivos “lejos de portarse como autoridad, se portaron como delincuentes, al grado de mentarnos la madre y decirnos que éramos basura; aventaron las mesas con todo lo que tenían arriba, no le dieron chance a la gente de agarrar sus cosas, al contrario, los aventaban sobre de ellas, puedo decirlo claramente porque yo lo vi, a mi me golpearon porque quise defender a una señora”.
El pescador aseguró que los policías los encañonaron con sus rifles, “estaban apuntándole a varios de nosotros y me dio miedo, le dije a los compañeros que nos iban a tirar y salí corriendo en ese momento cuando vi que estaban encañonando a varios y por la forma en que se estaban comportando creí que eso podía pasar”.
La esposa de otro pescador, Rosa Carmina Coria Rivera, manifestó que los federales, “no respetaron que había mujeres y sus niños, aventaban lo que se encontraban, nos robaron hamacas, mesas, sillas, quebraron todo, de hecho, media hora después regresamos a reclamar nuestras pertenencias y los encontramos haciendo comida, se chingaron nuestro café, hicieron fuego con nuestra leña, traían harta hambre”.